La orilla más cofrade

Si hay un barrio en Sevilla donde el aire huele a incienso en más ocasiones durante todo el año, ese es sin duda Triana. Basta con hacer un breve repaso al número de corporaciones del arrabal, compuesta por seis hermandades de penitencia (Pasión y Muerte, La Estrella, San Gonzalo, Esperanza de Triana, El Cachorro y La O), ocho procesiones gloriosas (Cristo Rey, Rosario del Barrio León, Divina Pastora, María Auxiliadora, Madre de Dios del Rosario, Estrella Gloriosa, Buen Aire e Inmaculada de los Padres Blancos), dos Corpus (Santa Ana y San Gonzalo) y varias 'Ilegales', como la del Cristo de la Clemencia, la Virgen del Amor y la última en llegar, un Señor de la Salvación que se estrenará esta tarde por las calles de la orilla más marinera de la ciudad.

Se trata de una corporación nueva (de la que ya hablamos aquí) y que, como suele ocurrir en estos casos, aunará tradición y modernidad a partes iguales. No en vano, visitará durante su recorrido la Catedral del barrio, la iglesia de Santa Ana y lucirá una túnica de terciopelo negro por la cercanía de un mes de los difuntos, el de noviembre, que está ya a la vuelta de la esquina. Pero también paseará sobre el paso de una de las últimas cofradías que se han sumado a la nómina extraoficial hispalense, la del Nazareno de las Lágrimas de Pío XII, que de esta manera aportará su particular granito de arena a esta compañera de viaje que echa ahora a andar.

Así, será Triana la encargada de darnos nuestra ración cofrade de cada fin de semana en este en el que la hoja de octubre ya tiembla casi sin fuerzas para sostenerse en el calendario y la ciudad comienza a ser consciente de que, como no quiere la cosa, estamos a punto de encarar ya la recta final del año. Pero al otro lado del río podremos caer en la cuenta de eso entre marchas de cornetas y tambores, con la imagen de un Nazareno que nos provocará un suspiro y un "ya queda menos" que se escapará casi sin quererlo de nuestros labios. Será el enésimo milagro de un arrabal que no sólo pasa por ser el más marinero de todos, sino también el que con mayor fuerza huele a incienso durante todo el año.