¿Oposición o simple pataleta?

Hace un par de meses el presidente del Consejo, Adolfo Arenas, anunció que se presentaría a la reelección para seguir al frente del máximo organismo cofradiero de Sevilla (recuérdalo aquí). Y lo cierto es que, salvo sorpresa mayúscula, podrá hacerlo, puesto que el que muchos colocaban como su posible competidor, Julio Cuesta, cada vez parece más lejos de concurrir a los comicios. Lo mismo ocurre con una tercera opción, la de Rafael Medina, ex hermano mayor de La Estrella, algo que pondrá en bandeja la continuidad del nieto de Castillo Lastrucci al frente de San Gregorio.

Sin embargo, eso no quiere decir, ni mucho menos, que Arenas vaya estar sin oposición. De hecho, durante las últimas semanas se ha ido conformando un grupo de alrededor de una docena de cofradías contrarias a la gestión del que fuese mandamás de La Hiniesta. En este sentido, las principales quejas vienen por cómo está llevando el Consejo las negociaciones para la cesión de la sala San Hermenegildo, las numerosas filtraciones que han salido en prensa sobre los nuevos estatutos y la posibilidad de que la sección penitencial pierda independencia con respecto a las Glorias y la sacramentales. No obstante, pese a que dentro de este grupo están representadas corporaciones de gran peso como La Esperanza de Triana, El Cachorro, Pasión o San Gonzalo, nada hace indicar que vaya a ser el germen de una candidatura alternativa, al menos de momento.

Por tanto, la gran duda reside en saber cómo podrá afectar este movimiento al futuro Consejo. En principio, cabe pensar que podría actuar como un 'lobby' de presión interno para reconducir las políticas de la junta superior, aunque siempre en la medida que pudiesen permitirle los nuevos estatutos y el hecho de que su representatividad apenas alcanza algo más de un sexto del total capirotero. Aún así, lo que sí queda claro es que aunque la reelección de Arenas se pueda dar casi por segura, no todo el mundo está de acuerdo con ella. Pero, sin presentar competencia, poco o nada se puede cambiar. Y es que, a menos que la cosa gane consistencia en las próximas fechas, apenas se puede hablar de momento de grupo reaccionario o simple pataleta. El tiempo y los acontecimientos dirá si también de una oposición en toda regla.