Una quiniela con muy pocas variantes

Falta poco más de una semana para que el Consejo elija al pregonero de la Semana Santa de 2012, último que saldrá sin tener que pasar la prueba de 'pureza de sangre' que quiere imponer el Arzobispado a los candidatos (recuérdalo aquí) y sucesor de Fernando Cano-Romero. En este sentido, parece que la quiniela está menos abierta que nunca, puesto que prácticamente desde que se produjo la designación del anterior, hace casi un año, todos las miradas apuntan a Ignacio Pérez Franco (antiguo hermano mayor de El Baratilllo), segundo en aquellas votaciones y que, por tanto, parte como claro favorito para el cónclave del sábado 22. Pero aún hay cierto margen para la sorpresa.

De hecho, en las últimas semanas ha ganado enteros la opción de uno de los grandes exponentes de esa 'savia nueva' que poco a poco va llegando a este tipo de actos. Se trata de Lutgardo García, que ya dio, entre otros, el Universitario de 2004, pero cuyo nombre parece apuntar más hacia el bando anunciador de las Glorias que para el de las penitenciales. En cualquier caso, se trata de una posibilidad que está ahí, como también, aunque de un modo más remoto, la de Antonio Cattoni, cuyo pregón de la Velá de Santa Ana del pasado verano gustó mucho por hacerlo diferente, abriendo una nueva vía que hace relativamente poco también demandaba públicamente el presidente del Consejo, Adolfo Arenas (lee sobre ello aquí). Y por qué no pensar incluso en Víctor García Rayo, cuyo pregón de las Glorias de 2010 dejó un grandísimo sabor de boca y al que, además, se podría premiar tras años en primera línea del 'periodismo morado' y después de que su corazón nos diese a todos un susto hace unos meses (míralo aquí).

En cualquier caso, y pese a la aparición de otras posibilidades, parece claro que, salvo sorpresa, el pregonero de 2012 saldrá de la calle Adriano. Aunque también en otras ocasiones se han dado por seguro elecciones que dieron un vuelco en el último momento, como cuando Enrique Henares dio el de 2009 cuando parecía impensable que lo hiciese alguien que no fuese Antonio García Barbeito. ¿Pasará esta vez lo mismo? ¿Irá tan bien encaminada la rumorología como creemos todos? La solución, dentro de apenas nueve días. Mientras tanto, tienen permiso para hacer sus propias quinielas.