martes, 23 de marzo de 2010

De La Calzá al Cielo

Queda una semana para que te presenten a Sevilla, pero ya te sabemos condenado. Siete días para que La Calzá se vista de terciopelo morado, para que los Caños de Carmona se reencuentren de nuevo con sus vecinos más ilustres, para que Pilatos no sea el malo de la película, para que los vellos se ericen con cada cambio, para que una 'Palomita de Triana' salga desde muy lejos del puente, para que la Sangre se haga carne en lo alto del Calvario.. y es que hoy queda, exactamente una semana para que sea Martes Santo en la antigua calle Oriente. Restan siete días para ver en la calle a la cofradía de quien les escribe, la hermandad de San Benito.

Porque cada cofrade, al margen de las cuentas que tienen su final cada Domingo de Ramos (en cinco días) o cuando aprezcan los primeros nazarenos por las calles (en tres), también hace las suyas propias hasta poder observar el paso de la corporación por la que sienten una especial debilidad. En mi caso ésas tienen como meta las 16.30 horas del martes que viene, cuando se abran las puertas de la parroquia de San Benito Abad y se ponga rumbo a la Catedral aquella hermandad que nació a mediados del siglo XVI en la otra orilla del río y que volvió a hacerlo en el primer cuarto del XX a apenas cien metros de Nervión.

La misma que cada año maravilla a Sevilla con el buenhacer de los costaleros del misterio de la Presentación al Pueblo, una de las grandes obras maestras que Castillo Lastrucci regaló a la ciudad. La que pasea con sobriedad al Cristo de la Sangre, la que derrocha elegancia a cada paso que da el palio de la Virgen de la Encarnación. Ésa que lleva a la Campana la loba de la Roma Imperial, la de la infantería con plumeros azules cuyas únicas armas son las notas musicales de sus marchas, la que pasea una banda de cornetas y tambores al más puro estilo de la Policía Armada....

Podría decir tantas cosas sobre ella, que no tendría ni espacio ni palabras suficientes para describirla con total precisión. Puede que mi cariño por ella me ciegue, como a cada cual le pasa con su hermandad, pero son tantas las ganas de verla en la calle, de escuchar a Carlos Morán mandando a sus hombres que lleven "arriba al hijo de Dios".... suerte que las Vïsperas sigan consumiéndose, llevándonos de la mano a un nuevo Martes Santo, algo que ya ya preludia en su palio la Virgen de la Encarnación, como esta noche también hará el Cristo de la Sangre y como hará mañana el Señor de la Presentación. Ya quedan sólo siete días para ver a mi cofradía en la calle, para hacer realidad mis anhelos. Y es que, de Sevilla a la gloria y de La Calzá... de La Calzá al Cielo.

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