Treinta años no son nada

Nazarenas en El Amor, Las Penas y El Gran Poder; El Sol el Sábado Santo, la primera salida del misterio del Señor de la Esperanza en el puente del río Cedrón (La Milagrosa) y de los dos titulares de la agrupación parroquial de Las Tres Mil; el debut de la agrupación parroquial de La Humildad el Viernes de Dolores... No cabe duda de que la Semana Santa de 2010 viene marcada por muchísimos estrenos. Pero, además, nos ofrecerá un peculiar reencuentro.

Será el Domingo de Ramos en la plaza de Molviedro, cuando a eso de las 15.00 horas, si el tiempo no lo impide, volverán a escucharse los xilófonos y las gaitas tras un paso de misterio. Será el momento en el que, 29 años después, vuelva a vivir su reestreno la agrupación musical de Jesús Despojado acompañando, como no, a su titular. Aunque esta vez no servirá de nuevo punto de inicio para esta formación, la actual Virgen de los Reyes, sino como acto central del XXX Aniversario de su creación.

Se trata de un homenaje especial a aquellos jóvenes que en 1.980, en el entorno de la parroquia de San Bartolomé (sede por aquel entonces de la cofradía), quisieron coger el relevo de la mítica banda de la Guardia Civil y pusieron la primera piedra de una de las formaciones más consolidadas de la música cofrade actual. Así, desde la salida y hasta la Catedral, un grupo de unos 80 músicos pertenecientes a aquella primera formación tocarán una selección de marchas clásicas tras el misterio, ataviados con los uniformes con los que se estrenaron tras él el Domingo de Ramos de 1981 y sus características boinas. Después, a la salida del templo metropolitano, será la actual Virgen de los Reyes la que le dará el relevo.

De este modo, el pasado y el presente de esta formación se darán la mano en una jornada para el recuerdo. Aquellos jóvenes que hoy ya peinan canas podrán comprobar en persona que Sevilla no se olvida de la labor que realizaron a base de ilusión y trabajo, así como también que aquel sueño nacido en plena judería hispalense se ha convertido en la mejor de las realidades. Será una tarde de reencuentros, de mariposas en el estómago, de primeras veces. Y es que 30 años no son nada, sobre todo cuando a uno le permiten debutar dos veces.