martes, 30 de marzo de 2010

Explosión de túnicas y capirotes

Si el día de ayer estaba marcado por los contrastes, sin lugar a dudas, el Martes Santo lo está por los nazarenos. No en vano, tras la Madrugá, la jornada de hoy es la segunda en la que más túnicas y capirotes se ven por las calles de la ciudad. De hecho, de las ocho cofradías que pasearán por Sevilla en las próximas horas, sólo tres (Los Javieres, La Bofetá y Santa Cruz) tienen menos de mil hermanos en su cortejo. Es pues, una jornada por las esperas, a pesar de que la primera corporación, la del Cerro, se pondrá en marcha antes del mediodía, cuando todo un barrio, ya sea bajo antifaces de terciopelo burdeos o a cara descubierta, acompañará a su Señor del Desamparo y Abandono y a una Virgen de los Dolores a la que hasta las palomas saludarán a su paso.

En San Esteban, el azul de las capas y capirotes de sus nazarenos evocarán a ese Cielo que cada año baja a la tierra para permitir el milagro de que el misterio del Cristo de la Salud y Buen Viaje y el palio de la Virgen de los Desamparados puedan salir, sin que sobre siquiera un milímetro, por su ojiva dentada. Por su parte, serán negras y de ruan las hileras que salgan desde el Rectorado antecediendo a un Señor de la Buena Muerte que parece que no ha abandonado el mundo de los vivos, que simplemente duerme. Pero también a una Virgen de la Angustia que hace casi 60 años dejó de ser el Dulce Nombre de María (advocación que tuvo cuando fue titular de la extinta hermandad de El Descendimiento) para convertirse en la Reina de Los Estudiantes.

Y a la vera de los Caños de Carmona, tras un mar de antifaces de terciopelo morado, Roma volverá a pasearse por Sevilla gracias a San Benito. No lo hará al compás marcial que dicen que poseían sus legiones, sino al que marquen los costaleros del misterio de la Presentación al Pueblo. Tras Él, el Señor de la Sangre avanzará sobre los pies y siempre de frente, precediendo a la Virgen de la Encarnación, una 'Palomita' nacida en Triana, que fue la segunda imagen mariana en llegar desde el viejo arrabal hasta la Catedral y que un año más llegará al templo metropolitano como Reina de La Calzá. Por su parte, San Nicolás se vestirá de blanco para recibir al Señor de la Salud y la Virgen de la Candelaria, ésa que a su vuelta por los Jardines de Murillo despertará los celos de la más bella de las rosas.

El luto tenirá de negro la calle Mateos Gago, donde Santa Cruz se convertirá en una oda al clasicismo con el 'Stabat Mater' del Señor de las Misericordias y la Virgen de la Antigua, así como con la mirada implorante que dirige al Cielo la Virgen de los Dolores. También de luto se vestirá la tarde en  Omnium Sanctorum con la hermandad de Los Javieres, que paseará por una calle Feria que enmudecerá ante el Cristo de las Almas y será el paño de lágrimas de la Virgen de Gracia y Amparo al ritmo del vaiven de sus bambalinas. Mientras, el blanco de los nazarenos de La Bofetá convertirá la plaza de San Lorenzo en el palacio de Anás para ver como Jesús es abofeteado por Malco y como, con la Virgen del Dulce Nombre, cabe toda la gracia de Sevilla bajo palio, ésa que regresará a casa cuando los vencejos comiencen a cantar preludiando un nuevo amanecer y pondrá fin a una jornada en la que la ciudad, peligrosamente, se irá acercando al ecuador de la Semana Santa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario