Como quien no quiere la cosa, llegamos al último día con pasos en la calle en este 2010. Y lo haremos, como ha sido la costumbre durante casi todo el año mirando al cielo, pendientes de unas nubes que han descargado de lo lindo en los últimos días y que esperemos que hoy nos permitan disfrutar de la Virgen del Rocío del Salvador, conocida en los mentideros cofrades como la 'Lotera', por salir en la jornada en la que todo el mundo se despierta con esperanza de ver el número de su décimo salir de un bombo y que, después, tras la decepción, se convierte en el día mundial de la salud.
Pero en clave capilleril, hoy es una tarde de despedidas, de un final de ciclo que hemos visto acercarse poquito a poco y de frente desde hace unas semanas y que, por desgracia ya llega. Lo hará con aires rocieros, entre villancicos y luminarias navideñas, en una mezcla perfecta que cada 22 de diciembre llena por última vez las calles del centro, que se olvidarán a partir de ahora de las bullas y las cofradías hasta la Cuaresma de 2011, cuando la ciudad comience a despertar de un letargo en el que, salvo por algunas excepciones, quedará sumida desde dentro de unas horas.
Por eso, a partir de hoy nos queda por delante la espera más absoluta, un vacío que sólo podremos llenar con tertulias y videos, hasta que llegue ese miércoles en el que nos recuerden que polvo somos y que en polvo nos convertiremos. Será entonces cuando empiece otro fin del principio u otro principio del fin. Pero hoy, sólo nos queda vivir el final de un trayecto que echamos a andar hace diez meses y que en unas horas habremos cubierto por completo. Porque se nos acaban las Glorias. Y es que todo pasa y todo llega, pero lo nuestro es pasar.
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