Ya sea porque tenemos por delante el puente más largo del año o porque la Navidad está a la vuelta de la esquina y lo eclipsa todo, pero lo cierto es que este fin de semana no tendremos pasos por las calles. No en vano, antes del sprint final cofrade de este 2010, que llegará a su fin dentro de 18 días, con la salida de la Virgen del Rocío, vamos a vivir un breve descanso que nos servirá de preparación para la sequía que nos acompañará desde el día de la lotería hasta la Cuaresma.
De este modo, ni hoy ni mañana habrá bullas en torno a templos, ni gente haciéndole el pasillo a cortejos que preceden a Vírgenes de Gloria. Este fin de semana habrá que tirar de DVDs y tertulias para vivir ambiente de cofradías, al menos hasta un lunes que por ser fiesta se vestirá de domingo para regalar aroma a incienso y reflejos de flashes en una canastilla. Pero antes hay que coger fuerzas y hacer más ganas de las que siempre hay de ver pasos, porque, aunque parezca mentira, en Sevilla, a veces también es necesario descansar de cofradías.
Sobre todo, para retomarlas con más ganas cuando todo vuelva a la normalidad, en esta propina que nos queda por vivir y disfrutar, antes que toque esperar para escribir un nuevo capítulo de un libro que estrenó sus páginas hace siglos y que va incrementando sus líneas año a año, fin de semana tras fin de semana. Unas veces, las menos para nuestra desgracia, entre túnicas y capirotes, y las más con unas Glorias que todavía nos permiten seguir disfrutando. Pero no será este fin de semana, puesto que en este tocará colgar el cartelito de "estamos descansando".
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