domingo, 19 de diciembre de 2010

Un Niño y un fin de ciclo

Al calendario le quedan cada vez menos hojas y a Sevilla menos procesiones. Al menos, en este 2010 que se nos va irremisiblemente. No en vano, hoy, a partir de las 17.00 horas, veremos en la calle la penúltima salida del año. Será en Nervión, donde, si la lluvia no lo impide, veremos a un Niño Jesús que nos traerá aires de Corpus, pero, sobre todo, de una Navidad que celebraremos ya en apenas unos días y en la que la misma figura que irá sobre andas será la protagonista de multitud de belenes.

Quziás lo haga algo más joven y entre pañales, pero con la misma misión: anunciar que el tiempo de las cofradías se nos acaba. Y es que, aunque resulte paradójico, un Niño servirá para preludiar el fin de algo. Quizás porque necesita pedir tiempo para que le dejemos nacer, antes de que crezca y que, como decían las abuelas, "dentro de nada lo estemos matando". Por eso, la salida de hoy tendrá un sabor a melancolía tremendo, a medio camino entre el disfrute del momento y lo que ya forma parte del recuerdo.

No en vano, cuando vuelva a su casa, sólo nos quedará por ver en la calle a una, la Virgen del Rocío del Salvador, que saldrá el próximo miércoles. De este modo, en tan sólo tres días se echará el cierre a un ciclo que en Sevilla va mucho más allá de la Semana Santa y con el que, a pesar de ello, nunca tenemos suficiente. Como muestra de ello estarán las bullas que habrá esperando hoy al Niño Jesús de Nervión. Quizás, no haya tanta gente como en otras ocasiones, pero sí las ganas intactas de ver un paso y de que queden otros muchos más por delante. Sin embargo, eso, aunque aún quede uno, habrá que írselo pidiendo a los Reyes para el año que viene.

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