jueves, 16 de diciembre de 2010

Un nuevo sistema para un problema antiguo

Previsiblemente, en el plazo de unos meses debe tener su punto final un sistema de reparto, el de las subvenciones económicas, que llevan trayendo polémica desde hace años. No en vano, se articula en función del número de pasos por cofradías, puesto que data de la época en la que las hermandades tenían que costearse sus cuadrillas de costaleros profesionales. Sin embargo, con la aparición de las de hermanos, desde la segunda mitad de los setenta, esta idea dejó de tener validez, aunque no vigencia, puesto que se sigue utilizando a pesar de que la única que debe pagar a sus costaleros es la de Santa Marta.

Sin embargo, a pesar de que ya ha llovido desde que debería haberse reformulado el sistema, esta revisión ha tenido que esperar a las partidas presupuestaria de 2011, donde se intentará poner fin a esta situación y adecuarla a las necesidades actuales de cada hermandad. Aún así, todavía se desconoce cual será la pauta a seguir y si resolverá no sólo los problemas monetarios de las corporaciones de penitencias, sino también los de las Glorias, que desde hace tiempo siguen reivindicando su sitio y denunciando cierta discriminación con respecto a las de túnicas y capirotes.

En cualquier caso, lo que sí se tiene claro es que el nuevo modelo partirá con la intención de evitar los agrios debates anuales que se llevan a cabo cada año para cuadrar las cuentas, puesto que la idea es que sean tan efectivo que, confiadas en él, las corporaciones lo acepten sin problema cada doce meses. En este sentido, el objetivo es tremendamente ambicioso, algo que, hablando de cuestiones económicas y repartos, no resulta demasiado aconsejable. Pese a ello, el tiempo será el encargado de decidir si, como espera el Consejo, el sistema que dará a conocer dentro de unos meses será el definitivo o sólo la panacea para unos cuantos.

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