No hay manera. La lluvia quiere dejarnos sin ambiente de cofradías durante la última hoja del calendario de 2010. Ayer mismo, la tormentas evitaron que pudiésemos ver en la calle a la Pura y Limpia del Postigo rumbo a su capilla. De hecho, y como ya pasó el pasado 27 de noviembre, en el camino de ida a la Catedral, todo tuvo que hacerse de modo privado y en una furgoneta, mientras el cielo continuaba derramándose sobre nuestras cabezas. De igual manera, la Concepción de La Trinidad, no pudo acaparar protagonismo en el Rosario Público que tenía previsto por su L Aniversario, ya que se tuvo que quedar en casa.
Y hoy, la borrasca amenaza con volver a dejarnos con la miel en los labios, en cuanto a la salida procesional de la Inmaculada de Santa Ángela, que, inicialmente, debería salir de San Juan de la Palma rumbo a la Catedral para presidir la vigilia por la festividad de la Virgen. Tanto es así, que el Arzobispado ya le ha buscado sustituta, la de la parroquia del Sagrario, que se trasladará de manera privada siempre y cuando los chubascos eviten que pueda hacerlo la inicialmente elegida.
Por este motivo, una vez más, y ya van demasiadas este año, estaremos pendientes del cielo, esperando que el gris mude a blanco y, por qué no, a azul, para poder ver una cofradia paseándose por Sevilla. Aunque, para qué engañarnos, los pronósticos dejan poco lugar a la esperanza, esa misma que dentro de once días campará a sus anchas por la ciudad entre besamanos y cultos en ambas orillas y que hoy, para muchos, está en una pequeña talla de la Inmaculada que esperamos ver salir desde el final de la calle Feria hasta la Catedral.
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