miércoles, 1 de diciembre de 2010

Ya brilla con luz propia

Desde hace apenas unos días, y tras dos años de arduas labores de restauración, el retablo mayor de la iglesia de Santa Ana vuelve a relucir como la obra maestra que es. Para ello ha sido necesaria una inversión de 422.713 euros y cientos de horas de trabajo en la sede del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico que bien han valido la pena, hasta el punto de dejarla como nueva.

Gracias a ello, las pinturas de Pedro Campaña han recuperado su color de siempre y la Abuela de Dios, que regresó también hace apenas unos meses a su casa, vuelve a tener la mejor ventana posible desde la que asomarse cada día a atender a sus vecinos de Triana. De este modo, el templo vuelve a estar a la altura del honor que tiene al ser la Catedral del viejo arrabal, como si no hubiesen pasado el tiempo.

Así, la casa grande de la orilla más marinera de Sevilla está preparada para recibir las visitas que tendrá en una Navidad que está a la vuelta de la esquina, así como para un futuro en el que, ojalá, no haya que volver a restaurarla tan profundamente. Sí eso ocurre, será el mejor reflejo posible de que estamos cuidando de nuestro legado, algo que deberíamos haber empezado a hacer hace tiempo, antes de empezar a disfrutar lo que ahora estamos recuperando.

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