Una bomba a la espera de ser detonada

Durante los próximos meses, podría tener lugar un bombazo informativo casi sin precedentes en nuestras cofradías y que, a buen seguro, no dejará indiferente a nadie. Y es que la hermandad de la Resurrección podría dejar de ser de penitencia para ser sólo de Gloria. Al menos, eso es lo que tiene claro monseñor Asenjo, quien quiere cortar por lo sano el problema de ubicación que vive la corporación de Santa Marina desde que Bueno Monreal, allá por los ochenta, la aceptó en la nómina oficial, donde se ha mantenido también con el respaldo de Amigo Vallejo.

Pero parece que su sucesor en Palacio no está por la labor de mantener esta situación, ya que considera que la cofradía lasaliana no debería celebrar sus cultos en Cuaresma, sino en otra época del año, y aunque no se opone a que salga el Domingo de Resurrección, si le cierra totalmente la puerta al resto de jornadas. Eso sí, ya sea por falta de conocimiento de Sevilla o simplemente por no quererse buscar problemas, el arzobispo no ve problemas en que su cortejo vista túnica, al modo del resto de la Semana Santa, algo que, en cualquier caso, por su incoherencia, debería ser reformulado también en breve.

Y a todo esto, el Consejo agacha la cabeza y acata esta postura, dejando hacer a un jefe de la archidiocesis que sigue confundiendo Andalucía con Castilla y churras con merinas. Más que nada, porque su planteamiento raya lo absurdo, basándose en términos eclesiásticos, pero dejando demasiados cabos sueltos. Porque, ¿acaso es pasionista el misterio de La Borriquita, que abre la Semana Santa oficial en Campana? ¿Y no es el misterio de La Resurrección el que da sentido al cristianismo? Se mire por donde se mire, la cosa va a traer cola, algo que puede provocar que se dilate mucho más de lo normal la decisión que, en ningún caso, parece que vaya acorde con las ideas que muchos teníamos en la cabeza sobre cómo podría ser su encaje en el Sábado Santo (recuérdalas aquí).

Sobre todo, porque la hermandad no está dispuesta a reformular sus señas de identidad para adecuarse a lo que Asenjo cree, intuye o le han dicho que es la Semana Santa de Sevilla. Qué pena que siga sin enterarse, ni querer investigar y conocerla por su cuenta, limitándose a hacer propuestas tan fuera de lugar como la de, poco menos, que querer elegir al pregonero o que el Vía Crucis del Consejo fuese presidido por una cruz y no por uno de nuestros titulares (menos mal que no se le echó cuenta, que si no...). Pero, lo más lastimoso de todo es mirar hacia atrás y ver que, como dice la canción, cualquier tiempo pasado fue mejor y que cada día que pasa nos acordamos más de Amigo Vallejo, no sólo por todo lo que hizo, sino también por la falta de operatividad y, por qué no decirlo, la 'mala follá' de su sucesor. O alguien le da un toque serio y le explica de una vez cómo va esto, o que Dios nos pille confesados.