Llegamos a la actualización número 300 de este 2.011 (la 588 en el total) y a uno de los últimos sábados de cofradías antes de cambiar el calendario. No en vano, noviembre ya languidece y diciembre asoma la cabecita con unas Navidades que cambiarán los pasos por los belenes en las casas. Pero antes de que ocurra eso, aún nos queda los coletazos definitivos de este año en clave capillita, los primeros de ellos esta tarde, antes de que comience a caer el sol y la noche y el frío, si es que este último se decide a hacer acto de aparición, campen a sus anchas por la ciudad.
Será entonces cuando en Pío XII la Milagrosa de San Vicente de Paúl emprenda su camino de regreso a casa desde la parroquia de Santa María de las Flores, acompañada no sólo por sus vecinos, sino también por ese halo de melancolía que nos evoca su presencia, confirmando que este ciclo se va acabando y que, poco a poco, debemos mirar hacia las penitenciales. Eso mismo hará en Alcosa la Virgen de la Concepción, titular de la hermandad del Divino Perdón y que visitará la vecina iglesia de los Desamparados para celebrar allí sus anuales cultos. Sin duda, y como otros muchos, tendrá en su mente el deseo de que pronto pueda ver la calle un Sábado de Pasión y entre los varales de un paso de palio. Los sueños hay veces que se hacen realidad y Ella tiene claro que quiere seguir soñando.
Como también empezará a caer en su particular duermevela Sevilla, siendo presa fácil de ese letargo que marca cada año el calendario por estas fechas y que acaba cuando veamos temblando en la pared a la hoja de marzo. Porque cada vez quedan menos momentos cofrades a este año, lo que nos hace mirar con más ahínco si cabe a un 2.012 que empieza a enseñarnos la cabecita, aún de lejos, pero anunciando que viene para quedarse entre nosotros. Es la ley de la vida, algo que viene y otra cosa que se va, pero no las ganas de cofradías, sino el camino hacia una Cuaresma a la que cada vez le resta menos para llegar.
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