Mañana será un día de regreso a la normalidad en La Trinidad. No en vano, a partir de las 20.30 horas la corporación pondrá fin a un 'exilio' forzoso que han tenido que llevar a cabo en el interior de su sede canónica, toda vez que unas obras de saneamiento de su capilla han llevado a sus titulares a buscar cobijo en la del Sagrado Corazón, justo al lado de la sacramental del templo salesiano (ya hablamos sobre ello aquí), donde han permanecido durante los últimos cuatro meses.
Y lo cierto es que el retorno a su casa se va a producir con cierto retraso sobre lo inicialmente previsto. Y es que, en principio, se pensaban que los trabajos iban a estar terminados para septiembre, cuando se reiniciasen los cultos, pero estos se han demorado algo más, hasta el punto de tener que esperar hasta mañana para darlos oficialmente por acabados. Será entonces cuando una misa sirva para reinaugurar la capilla, que volverá a lucir como siempre, acogiendo al Decreto, el Señor de las Cinco Llagas, la Virgen de la Concepción y la de la Esperanza.
Allí, esperarán con ansia un nuevo Sábado Santo que, poco a poco, ya comienza a adivinarse a lo lejos en el horizonte. Al menos, el primer paso en el particular calendario de la corporación en esta cuenta atrás ya está cubierto, porque ya estarán todos de nuevos en casa, o mejor dicho, en su propia habitación, porque esta jamás la abandonaron mientras duraron las obras. Ahora, podrán contemplar de primera mano como ha quedado la capilla, aunque, como todos, con la mente puesta en volver a abandonarla para pasear por unas calles que este año no han pisado.
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