Desde hace semanas, incluso antes de que se confirmase oficialmente que iba a presidir el Vía Crucis del Consejo (recuérdalo aquí), había rumores que cruzaban Sevilla de punta a punta elucubrando sobre la posibilidad de que el Señor de la Salud de La Candelaria saliese ese primer lunes de Cuaresma portando la cruz al revés, al modo en el que lo hace el de El Silencio, y como ya lo ha hecho en ocasiones puntuales para presidir sus cultos. Pero poco ha durado la duda sobre si, llegado el momento, la hermandad iba a optar realmente por innovar en este sentido durante el acto.
Y es que el hermando mayor de la corporación de San Nicolás, José María Cuadro, ha negado tajantemente que se vayan a "hacer experimentos" por lo que el Señor saldrá con la cruz en su posición habitual. No en vano, según explicó el cabeza visible de la junta de gobierno, la talla no tiene otro punto de ensamblaje con otras piezas que el de su espalda, por lo que no es viable hacer variaciones. Es más, apostilló que una cosa es un besamanos, en el que la imagen no ha de moverse y otra muy distinta un Vía Crucis, donde sí lo hace y, por tanto, de no estar fijada la cruz se correrían riesgos innecesarios.
Por tanto, el próximo 27 de febrero veremos al Señor de la Salud como siempre, con la diferencia de que irá sobre andas y no sobre ese paso dorado junto al que todos lo identificamos cada Martes Santo. Eso sí, queda por saber si llegará a la Catedral por la Alfalfa y Francos o por el barrio de Santa Cruz. Esa será la duda que tengamos a partir de ahora en relación al Vía Crucis, porque la otra, la que había sido protagonista de tertulias y conversaciones desde hace semanas, la de si en San Nicolás iban a emular a El Silencio, ya está saldada. Siempre nos quedarán los cultos internos para sacarnos esa espinita que a muchos se nos ha quedado clavada.
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