Según reza el tercer mandamiento, es obligación de todo buen cristiano santificar las fiestas. Y eso Sevilla lo tiene más que interiorizado. De hecho, prácticamente no hay domingo, único día de cada semana que está marcado en rojo en el calendario, en el que no haya un paso en la calle, dejando claro que la capital hispalense se toma muy en serio lo que dice la Biblia, aunque, eso sí, siempre a su manera, viviendo al abrigo de unas cofradías sin las que sería prácticamente imposible entender a la ciudad. En este sentido, hoy no será ni mucho menos una excepción.
Así, para abrir boca, tenemos una cita inexcusable en San Lorenzo, desde donde la Divina Pastora de San Antonio emprenderá su regreso a casa tras conmemorar en la casa de La Soledad y La Bofetá sus primer siglo junto a los franciscanos. Casi a la par, el Parque de los Príncipes retumbará con sones que nos evocarán a la Semana Santa y también la cercanía de Santa Cecilia, con un Certamen organizado por la Esperanza de Triana para recaudar fondos para el altar del Señor de las Tres Caídas. Para ello, las dos bandas de la corporación de la Madrugá, Redención, Los Gitanos, Sangre, Sol, Estrella de Dos Hermanas, Desamparados y Centuria aportarán su talento y 'granito de arena'.
Pero la jornada acabará, y por todo lo alto, al otro lado del río, junto al mercado de la calle Feria. Allí, la Reina de Todos los Santos paseará todo su clasicismo por la feligresía, recordando a cada paso a los que están, pero también a todos los que se fueron, dando sentido a noviembre y marcando el inicio de la recta final de un nuevo año. De este modo y a su lado, Sevilla santificará las fiestas como dice la Biblia, pero también como sólo ella sabe, entre incienso, bullas y pasos. Y es que así da gusto cumplir con los mandamientos, mientras el tiempo, como quien no quiere la cosa, también sigue avanzando.
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