miércoles, 7 de diciembre de 2011

De vigilias y sueños

En la semana de los intermitentes, con días laborables intercalados entre los de fiesta, llegamos a uno que marca indiscutiblemente la dirección hacia una de las jornadas más especiales para la ciudad, la de la Inmaculada. Y es que en la Tierra de María Santísima se vive por todo lo alto su festividad, empezando desde la tarde antes, con un traslado que en este caso será maratoniano y que finalizará en el lugar con mayor sabor cofrade de toda Sevilla, la Catedral.

En este caso, todo comenzará a kilómetros de la Giralda, en Nervión. Allí, desde la parroquia de la Inmaculada Concepción partirá la Virgen que le da nombre rumbo al templo metropolitano, donde presidirá la vigilia que se llevará a cabo esta noche en la Seo, mientras los sones de las tunas ponen la banda sonora popular a esta madrugada distinta pero tan arraigada en la memoria histórica de la ciudad. Será como todo en clave capirotera, tan diferente a la de otros años, pero a la vez tan igual, pero con un innegable sabor a cofradías en este tiempo de Glorias que encara ya su recta final.

Y, por si la espera se hiciese demasiado tediosa, el II Congreso Nacional de Bandas y sus numerosos conciertos servirán para entretener al personal. Así, el Prado, Triana, el Valle, San Bernardo y el mismísimo centro sonará a una Semana Santa para la que queda tanto y a la vez tan poco. Porque hoy, víspera del día de la Inmaculada, la última hoja del calendario de este 2011 empieza a mostrar la temblera propia de quien sabe que su tiempo expira, que ya está todo preparado para que otro ocupe su lugar. No en vano, estamos ya a menos de cuatro meses de ver nuestros sueños hechos realidad.

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