miércoles, 21 de diciembre de 2011

Mejor prevenir que lamentar

Uno de los principales cometidos de toda junta de gobierno es la conservación en el mejor estado posible de los titulares de la hermandad. Esto queda claro, por ejemplo, en las recurrentes visitas a los talleres de imaginería que muchos de ellos hacen entre una Semana Santa y otra. Pero también, en actuaciones relacionadas con elementos que tienen especial incidencia en las propias tallas. Es lo que ha ocurrido en El Cachorro, donde su cúpula decisional ha decidido sustituir la actual cruz del Señor por otra, a fin de evitarle posibles daños.

La principal razón es que al madero se le ha detectado una pequeña derivación en su brazo izquierdo que podría provocar problemas al Crucificado de Ruiz Gijón. Por ello, y a partir de principios de año, el Señor será colocado en una nueva, que será ejecutada en madera de cedro por José María Leal. De este modo, se jubilará la actual, realizada en los años 20 por Agustín Sánchez Cid y que sobrevivió, tras una profunda restauración, al archiconocido incendio de la Capilla del Patrocinio en 1.973.

De este modo, la corporación trianera va a poner el parche antes de que salga la herida, haciendo bueno el dicho de que "es mejor prevenir que curar", porque ante la más mínima duda de que pudiese sufrir un daño El Cachorro, se ha optado por evitarlo de raiz. Se trata de una medida madura y acorde con la idiosincracia de esta hermandad, famosa por no arriesgar más de lo estrictamente necesario, haciendo nada más que lo propio en este caso. Y es que de nada sirve mirar al futuro sin asegurarse al cien por cien de que conservamos en plenitud de facultades el legado de nuestros antepasados.

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