Sevilla se tiñe hoy de verde Esperanza. Así lo exige el calendario cada 18 de diciembre, pero también la devoción a una advocación de la Virgen que se hace notar, y de qué manera, prácticamentre en cualquier punto cardinal de la ciudad. No en vano, cualquier cofrade que se precie no puede dejar de visitar a los besamanos de la Macarena, la Esperanza de Triana, la Trinidad, La O, Gracia y Esperanza de San Roque o la Divina Enfermera, así como tampoco a una Virgen del Sol que también celebra su onomástica en este día de la Expectación y una debutante en estas lides, la Virgen de Salud y Esperanza de Las Avenidas, que la vivirá por primera vez.
Pero como no sólo de besamanos vive el capillita, también tendremos nuestra particular ración de pasos y traslados, empezando con la salida procesional del Niño Jesús de Nervión, que se encargará de recordarnos que en apenas una semana estaremos en Navidad, con los Belenes como protagonistas y mirando de reojo a una Precuaresma que estará más cerca que nunca. Y como si fuese un guiño a esta idea, en La Calzá volverá a su parroquia la Virgen de la Encarnación de San Benito, en un efímero traslado desde el asilo de las Hermanitas de los Pobres, donde pasó la noche al lado de los más mayores.
Así, cerraremos el último domingo de cofradías en Sevilla, puesto que cuando acabe sólo quedará por salir la Virgen del Rocío del Salvador, que cerrará definitivamente el ciclo de pasos en este 2011 el jueves. De este modo, tendremos en los labios el sabor de la nostalgia, pero sobre todo el de una Esperanza que no sólo marca el calendario o los cultos de las hermandades que la tienen como titular, sino también la certeza de que cada vez queda menos y ya hemos cumplimentado más trámites de esta cuenta atrás a la que cada vez le restan menos hojas en el calendario. Porque hoy no es día de mirar hacia lo que ya hemos vivido, sino de pensar en lo que nos resta por disfrutar y que, afortunadamente, cada vez tenemos más cerca.
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