Estrenos y tradiciones

Llegamos al último sábado antes de las Navidades y Sevilla despidirá el Adviento como sólo sabe vivir durante el resto del año: entre cofradías. Además, con la Virgen como protagonista, haciendo honor a su sobrenombre de 'Tierra de María Santísima', con dos acontecimientos que, como suele ser habitual en todo lo relacionado con el mundo de las túnicas y capirotes, combinan a la perfección la novedad con la tradición, los estrenos con lo que siempre ha estado ahí.

Así, las calles de Pío XII vivirán la puesta de largo de la Virgen de la Pasión, titular de la asociación de Las Lágrimas (ya hablamos aquí). Será su debut en estas lides y en un barrio que ya se ha rendido a sus plantas. Pero también un improvisado ensayo para el próximo Viernes de Dolores, donde a tenor de los últimos acontecimientos parece que acompañará a su Hijo. Resta saber si en el mismo paso, que se postula como la opción más probable, o en otro. En cualquier caso, hoy comenzará a conocer qué se siente paseando por una zona en la que el ambiente cofrade ha echado raíces y con muchísima fuerza en poco más de un año.

Y donde ocurre lo mismo, aunque desde hace bastante más tiempo es en La Calzá. Allí, la Virgen de la Encarnación visitará como cada año a los vecinos más antiguos del arrabal, los que viven pared con pared junto a Ella en el asilo de las Hermanitas de la Cruz. Allí permanecerá hasta mañana, cuando regrese a su parroquia tras pasar la noche allí, junto a quienes coincide cada año, echando de menos a quienes ya no están con respecto al pasado y escuchando a todos y cada uno de los que le piden poder repetir al siguiente.

Así, entre estrenos y tradiciones se irá esta antepenúltimo sábado del año, ése en el que aunque sea sólo por unas horas las cofradías ganarán su particular batalla contra los Belenes y en el que, poco a poco, seguiremos despidiéndonos de un ciclo al que sólo le quedan sus últimos suspiros, que vendrán entre mañana y el jueves, cuando podamos darlo todo por acabado. Porque de este modo ha sido siempre, aunque no de la misma manera. Y es que como dice el refranero, "todo pasa y todo llega".