miércoles, 14 de diciembre de 2011

Unas que vienen y Otros que se van

Esta semana podemos parafrasear en clave cofrade aquella canción de Julio Iglesias, la de 'La vida sigue igual'. Sobre todo porque entre los titulares de nuestras hermandades tenemos unos que vienen y otros que se van. Dentro del segundo grupo está el Señor de la Cena, que mañana será retirado del culto para someterse a una restauración que lo devolverá como nuevo a su sede canónica dentro de unos tres meses, es decir, en la primera quincena de marzo y, por tanto, de la propia Cuaresma de 2012.

Los trabajos consistirán en mejorar el estado de conservación general de la talla de Sebastián Santos, prestando especial atención al mecanismo de su hombro izquierdo. De igual modo, se le realizará una protección en cuero que lo preserve de las posibles agresiones que puedan provocarle los alfileres en los cambios de ropa. En este sentido, las tareas se llevarán a cabo en las dependencias de la hermandad, en Los Terceros, y serán llevadas a cabo por Silvia Patricia Martínez García-Otero y Juan Abad. Cabe resaltar también que el otro titular cristífero de la corporación, el Señor de la Humildad y Paciencia también pasó por 'chapa y pintura' este mismo año, en mayo, aunque por la presencia de insectos xilófagos en la madera de su peana, algo que se subsanó en apenas dos semanas (recuérdalo aquí).

Y el domingo, cuando en la calle Sol echen ya de menos a su Vecino más ilustre, en San Isidoro recibirán por todo lo alto el regreso de la Virgen de la Salud, que cambio la Costanilla por Madrid durante los últimos siete meses para pasar por el taller de Raimundo Cruz Solís e Isabel Poza. Como curiosidad, hay que apuntar que se la podrá ver inicialmente sin su Niño Jesús, al que volverá a sostener como siempre a partir de Nochebuena, lo que hará que esta Navidad sea distinta y muy especial en la calle Luchana.

No obstante, tanto esta noticia como la otra no dejan de ser algo normal por estas fechas, en las que las hermandades ya miran de manera clara y contundente al futuro, intentando que todo esté a punto y en las mejores condiciones posibles para un 2012 que ya está a la vuelta de la esquina. Y es que siempre, cuando el calendario enfila su recta final, en nuestros templos no paran las idas y venidas, de tallas que vienen y de otras que se van. El mejor reflejo posible de que nada cambia en Sevilla, que aquí la vida sigue igual.


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