miércoles, 18 de abril de 2012

Cautivos y acompañados

Tradicionalmente, una de las advocaciones cristíferas más importantes ha sido la del Cautivo. De hecho, en nuestra ciudad basta con citar ejemplos como el del San Ildefonso o el de Santa Genoveva para caer rápidamente en la cuenta de ello. No en vano, la figura de un Señor con las manos atadas, sólo y abandonado por sus discípulos, siempre ha sido capaz de despertar devoción a su paso, quizás debido a los sentimientos de indefensión y soledad que evoca. Aunque, de un tiempo a esta parte, parece que se ha perdido la predilección por esta iconografía, haciendo que, prácticamente, pase al ostracismo.

No en vano, basta echar un simple vistazo a la nómina actual para caer en la cuenta de que sólo Santa Genoveva la mantiene intacta y que, en los últimos años, muchísimas corporaciones que contaban con un Cautivo en su paso de Cristo han decidido integrarlo en un paso de misterio. Así lo han hecho en Torreblanca, San Pablo o Bellavista, barrios en los que, tirando de estadística, sus titulares han paseado en mayor número de ocasiones en solitario que con compañía. En este sentido, es obvio que han ganado en espectacularidad, siguiendo el camino que antes trazaron en Pino Montano y El Carmen, aunque, en la mayoría de los casos, sin aportar pasajes demasiado diferentes a los que ya existían, a excepción de la de las Negaciones de San Pedro.

Con todo ello, la figura del Cautivo ha pasado a ser una 'rara avis' en nuestra Semana Santa, sufriendo el mismo proceso que, por ejemplo, ya vivieron en sus carnes los cirineos, que en 2013 experimentarán un leve crecimiento gracias a San José Obrero (recuérdalo aquí). Y es que, lo que hace apenas unos años era una iconografía recurrente, ha perdido peso en beneficio de nuevos y superpoblados 'barcos'. La llegada de nuevas cofradías, en muchos casos, ha venido de la mano de un cambio que pocos han tenido en cuenta, apenas analizado. Se ha preferido llamar más la atención y dejarse llevar por la posibilidad de lucirse entre 'izquierdazos' y cambios que mantener la humildad y el recogimiento de un Cautivo y, como cuentan las Escrituras, Abandonado. Y es que Sevilla, que todo lo reinventa, en esto también ha hecho de las suyas, haciendo que casi siempre lo veamos acompañado.

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