sábado, 14 de abril de 2012

Detalles Semana Santa 2012 (V): Viernes de Dolores y caos

Muchos hemos pensado siempre que si hay un día en el que especialmente se hace necesaria la presencia de medios informativos cofrades es el Viernes de Dolores. Ya no sólo por la proliferación de corporaciones en esa jornada, en la que este año estaban previstas hasta nueve salidas. Sino, y sobre todo, porque la distancia entre los templos de una y otra aconsejarían saber qué pasa con ellas con suficiente antelación como para no realizar desplazamientos en balde. Pero, parece que tras la renuncia de las televisiones locales a retransmitir ese día para ahorrar dinero, las radios no han querido recoger el guante, optando por, como mucho, integrar lo que pasaba en las calles en sus programas.

Así, Twitter se convirtió en el improvisado 'Llamador' de la jornada, dando información puntual, pero también llevando a equívocos. No en vano, cuando la lluvia comenzó a hacer acto de presencia, sobre las 18.00 horas, supimos a través de esta red social que las tres primeras, Pino Montano, Padre Pío-Palmete y La Misión, retrasaron sus salidas una hora, a la espera de novedades meteorológicas. Sin embargo, pronto el caos y la rumorología empezaron a hacer de las suyas. Porque apenas media hora después, saltaba la noticia de que Pino Montano se quedaba en casa, algo que, como efecto dominó, llevó a Padre Pío-Palmete a anunciar oficialmente lo mismo.

La sorpresa estuvo en que, cuando incluso muchos medios se hacían eco de la decisión de ambas, en Pino Montano se comenzó a decir justo lo contrario, que la corporación seguía apurando sus opciones de salir, que aún no estaba nada descartado. Es más, al poco, en plena confusión, llegaba la noticia de que, incluso, se pedía una hora más de demora, mientras que en La Misión se hacía lo propio, reclamando al Consejo 30 minutos más. Por entonces, se tendría que haber sabido algo de Bellavista, pero sucedió justo lo contrario. Igual que con la agrupación parroquial de Bendición y Esperanza, del Polígono Sur, de la que no se tuvo novedad alguna en toda la tarde, pese a ser de las primeras en suspender su estación de penitencia.

Sólo a media tarde, pareció que todo se normalizaba. Pino Montano sorprendía a muchos anunciando que salía, tan sólo unos instantes después de que La Misión decidiese lo contrario. Al poco, por fin hubo noticias desde Bellavista, que también se echaba a la calle. Curiosamente, no hubo, salvo tweets tremendamente aislados, referencias al Nazareno de las Lágrimas de Pío XII y el Cristo de la Humillación de San Pablo, que también procesionaron e incluso se mojaron, aunque sin repercusión alguna. Sí la tuvo, por el contrario, las novedades que llegaron desde La Corona y Pasión y Muerte, que viendo el cielo y los pronósticos, prefirieron no tentar a la suerte.

Cierto es que, ya con sólo dos cofradías procesionando, el seguimiento pudo hacerse con mayor comodidad, sobre todo cuando comenzó a caer la lluvia de nuevo, hacia las 22.00 horas, y 'El Llamador' conectó en directo con ellas, notificándonos cuanto acontecía. Pero, hasta entonces, la cosa fue bastante complicada, haciendo que muchos, por momentos, llegásemos a sentirnos absolutamente desbordados por los acontecimientos. Incluso, llegamos a pensar, ¿cómo podrían vivirse Semanas Santas enteras así en el pasado?

Porque puede que nos hayamos malacostumbrado a que una voz desde la radio nos diga cómo van las cosas, que casi nos lleve de la mano evitando que nos perdamos. Pero en momentos como el del pasado Viernes de Dolores, con tantas procesiones y en barrios tremendamente alejados entre sí, se tornaba más que necesaria la figura de alguien, quien fuese, 'partiendo el bacalao'. Ojalá los medios hayan tomado buena nota para el futuro, ya no sólo por la importantísima función social que cumplirían, sino porque tienen ante sí un filón que apenas se ha explotado. Y es que, quienes como la ciudad estrenamos cada último viernes de Cuaresma el tiempo de las túnicas y capirotes deseamos vivir esa tarde-noche entre bullas y cofradías, no sumidos en un caos.

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