En la Semana Santa de Sevilla existen fenómenos casi paranormales que muy pocos llegan a entender; situaciones que escapan a cualquier explicación lógica. Uno de ellos tuvo lugar el pasado Miércoles Santo y fue protagonizado por la hermandad de Los Panaderos, que entró con un retraso exagerado, de aproximadamente hora y media con respecto a lo previsto, cerrando definitivamente las puertas de la capilla de San Andrés cuando el reloj pasaba de las 4.30 horas de la mañana.
En este sentido, la corporación intentó justificar este hecho señalando que la tremenda afluencia de público en la parte final del recorrido hacía muy difícil avanzar a la cofradía. Y cierto es que puntos como la Cuesta del Bacalao, Francos, Álvarez Quintero, el Salvador, Cuna y Orfila estaban llenas a rebosar, repletas de cofrades ansiosos de disfrutar al máximo del primer día sin prórrogas ni cabildos de 2012. Pero hay detalles que hacen pensar que todo pudo deberse a otro tipo de motivaciones.
Sobre todo, porque en el cortejo se adivinaron cortes demasiado extensos, que en algunos instantes llegaron a dejar sin nazarenos puntos como el Salvador al completo. Además, el palio fue recreándose en demasía, con revirás a pie parado y en las que se empalmaban dos veces la misma marcha. Y, por si fuese poco, el hecho de que el hermano mayor entrase cuando la Virgen aún no aparecía por Orfila, se cambiase y la recibiese vestido de calle y mientras atendía a los medios, escama muchísimo.
Máxime, cuando días después, muchos costaleros, en conversaciones informales, admitieron que se sabía que desde hace mucho que esto iba a ocurrir, que podría decirse que se habían dado consignas para que todo fuese así. Así, lo único que quedaría es saber es el motivo ¿lucirse sobremanera en el último año de una junta que ha conseguido la Coronación Canónica (recuérdalo aquí) y la presencia en Madrid de la Virgen de Regla (míralo aquí)? ¿reivindicar entrando tan tarde la necesidad de que la cofradía salga ocupando otro lugar en la nómina del día?
El tiempo se encargará de desvelarlo, porque, a fin de cuentas, Sevilla no es una ciudad tan grande como algunos piensan y al final todo se sabe. En cualquier caso, habrá que ver si, de confirmarse las sospechas de que todo ha sido premeditado, cómo actuará al respecto el Arzobispado, que desde hace tiempo tiene a esta corporación como una de sus 'niñas mimadas'. No en vano, ya no sólo existe la vinculación del delegado diocesano, Manuel Soria, con la cofradía, sino también la del propio Asenjo, que durante la pasada Semana Santa juró como hermano. Quizás eso pueda dilatar un poco que hallemos respuesta a un retraso que, ni en su momento ni a día de hoy, muchos entienden, pero que, esperemos, no se convierta en todo un 'Expendiente X'.
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