martes, 24 de abril de 2012

¿Una resurrección en ciernes?

Históricamente, el barrio de Bellavista ha sido el más nazareno de la capital hispalense. No en vano, ese fue su gentilicio durante muchísimo tiempo, puesto que perteneció a Dos Hermanas hasta hace relativamente poco. Incluso, a mediados de la pasada década se lo ganó a pulso en las Vísperas, al ser la única zona de Sevilla con dos hermandades penitenciales: la del Dulce Nombre y la de Valme. En este sentido, la primera no ha parado de consolidarse, mientras que la segunda cayó víctima de los problemas en un letargo que comenzó en 2007 (recuérdalo aquí) y que, con un poco de suerte, podría estar entrando en su recta final.

Sobre todo, porque un nutrido grupo de vecinos está trabajando por revitalizar a esta corporación, que desde hace un lustro tiene suspendidos sus cultos por el Arzobispado. De momento, pasos se están dando para ello, casi en silencio y sin levantar la voz, pero de manera decidida, esperando que más pronto que tarde llegue desde Palacio un perdón que esperan como agua de mayo. Todo es esperar que el tiempo pase y los esfuerzos que se están haciendo por reorganizar la cofradía cuajen para que obtengan recompensa. Quizas en solitario. O puede que en compañía de la hermandad que es su vecina.

Sea como fuere, siempre que todo vaya por buen camino y Asenjo quiera, lo cierto es que esta iniciativa entreabre la puerta a la esperanza, a que las calles del barrio puedan reencontrarse pronto con el Nazareno de las Misericordias, como en aquella tarde de un Sábado de Pasión de 2006 que hoy parece quedar ya demasiado lejos. Aunque quizás ahora lo que esté más cerca es el futuro, que viene sin prisa, pero tambien sin pausa, intentando traer de vuelta consigo lo que hoy, simplemente, forma parte del recuerdo.

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