martes, 17 de abril de 2012

Un año después...

Todavía tenemos fresco en los labios el sabor que nos dejó la Semana Santa de este año (recuérdalo aquí), pero en estos compases iniciales de una nueva espera nos encontramos con una curiosa efeméride. Y es que tal día como hoy, pero en 2011, era Domingo de Ramos. Aquella jornada, como siempre, cumplió a la perfección su función de final y principio, ya que, por un lado, dio por finiquitada la espera más larga que se recuerda. Y, por otro, y pese a que había venido antecedida por unas Vísperas espléndidas (míralo aquí), sirvió de arranque para una nueva edición de los días grandes, empezando por todo lo alto, con todas las cofradías en la calle.

Qué pocos nos esperábamos que, pese a lo que los partes meteorológicos nos anunciaban con semanas de antelación, el sol y el calor que acompañaron a las cofradías de aquel día iban a tener poco o nada con lo que sucedería de ahí en adelante (leelo aquí). No obstante, después de otra Semana Santa pasada por agua como la de este año, en la que todo lo que hemos visto nos ha sabido a muy poco, muchos pagaríamos lo que fuese por echar el tiempo atrás, otros 366 días, a ver si en esta ocasión, el cielo nos respetaba como es debido.

Pero como eso ya no es posible, siempre nos queda el consuelo de que en apenas 11 meses, por estas fechas, ya habremos disfrutado de las Prevísperas y estaremos pendientes de un Pregón que nos anuncie que la ciudad se volverá a llenar de túnicas y capirotes en tan sólo cinco días. Mientras, viviremos como siempre, a medio camino entre la nostalgia que despierta lo vivido y la ilusión de lo que aún está por llegar. Porque, como dijo Caro Romero, "la vida es una semana", algo que en días como hoy notamos muchísimo más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario