viernes, 27 de abril de 2012

Condenados a estar pendientes del cielo

Sin duda, quien dijo aquello de "la lluvia en Sevilla es una maravilla" no tenía ni idea de lo que hablaba. Sobre todo, cuando nos ponemos a analizar la situación en los últimos años, en los que el líquido elemento se ha convertido en todo un experto en cargarse nuestras principales fiestas. De hecho, las Semanas Santas de 2010 (recuérdala aquí), 2011 (mírala aquí) y este mismo 2012 (leelo aquí) han estado pasadas por agua, especialmente las dos últimas que, para muchos, han sido las peores que hemos podido vivir.

Al menos el año pasado, para rebatir eso de que aquí en cuanto aparece un capirote o un farolillo por la calle las nubes se deciden a descargar sin miramientos, la Feria se salvó por completo, algo que ahora, justo a las puertas de sus días más importantes, parece que no volverá a ocurrir. De hecho, las predicciones anuncian agua desde hoy hasta el próximo lunes, amenazando con cargarse el ambiente de esos días en los que, entre volantes, sevillanas, manzanilla y rebujito, uno de los temas de charla más recurrente será el mundo de las cofradías.

No en vano, la inmensa mayoría tiene caseta en el Real y, por si fuese poco, la situación apunta a repetir las constantes miradas al cielo que, desgraciadamente, ya tuvieron su protagonismo durante los días grandes. Y es que San Pedro parece encabezonado en hacerse notar más de lo estrictamente necesario cuando todos desearíamos darle descanso, teniéndonos pendientes de las nubes cuando deberíamos estarlo de lo que ocurre sobre el suelo. Pero ese paraece que es nuestro sino. Para que después nos salte algún gracioso con el dicho de lo bonita que está Sevilla con los cambios de tiempo. Incluso habrá quien diga que todo es por culpa de que la portada de este año tiene tintes capillitas por recrear la fachada del Salvador. Tiene guasa la cosa...

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