El último aviso

Siete días. Ese es el tiempo que nos separa de un nuevo Domingo de Ramos. Tanto es así que a partir de hoy mismo los días cambian de apellido, dejando atrás el 'de Cuaresma' por 'de Pasión', dejando bien a las claras que la espera se consume a pasos agigantados y que cada vez estamos más cerca de la gloria. Y por si hubiese alguna duda de ello, sólo será necesario echar un vistazo a lo que ocurrirá a nuestro alrededor durante las próximas horas, en las que la inminencia de la Semana Santa se presentará ante todos de manera clara y meridiana.

Primero, en el Teatro Maestranza, donde Francisco Javier Segura pronunciará el Pregón que alertará a la capital hispalense de que esto se encuentra a punto de empezar, que ya no hay vuelta atrás en este camino que comenzamos a recorrer hace tantísimo y cuya meta está al alcance de la vista, permitiéndonos acariciarla con la punta de los dedos. Porque así podremos hacerlo durante las obligadas visitas a los templos para ver cómo van los montajes de pasos o los últimos besamanos de nuestros titulares que caracterizan este último domingo antes del estallido de túnicas y capirotes.

Y, por último, también delatará que la cuenta atrás está a puntito de llegar a cero el tradicional Vía Crucis de Jesús Despojado, el mismo que nos llevará de la mano hasta que la luna quede asomada a su balcón y en varias iglesias se lleven a cabo mudás y traslados. No en vano, apenas restan cinco días para que las Vísperas nos traigan esa magia de disfrutar lo que ya es sin que termine de serlo y sólo dos más para que formen parte del recuerdo y despertemos en esa mañana que pese a haber vivido mil veces siempre hará que todo nos parezca nuevo. Porque este domingo no es uno más, es el último aviso de que estamos a las puertas de poder disfrutar de lo bueno.