En estos días de preparativos y vísperas, una noticia vinculada con las Glorias ha saltado a la primera plana cofrade. Se trata del aplazamiento de la salida extraordinaria de la Virgen de los Reyes con motivo del Año de la Fe, que, inicialmente estaba prevista para el 27 de abril (recuérdalo aquí), fecha en la que, además, la Patrona de Sevilla y su Archidiócesis se encargaría del ciclo letífico. Y aunque este último punto no sufrirá modificaciones, sí las tendrá la procesión, que no tendrá lugar hasta la mañana del 11 de mayo, debido a problemas de agenda del arzobispo.
No en vano, Asenjo acabará el mes que viene en León, donde estará presente en los actos conmemorativos del 950 Aniversario del traslado de los restos de San Isidoro. Se trata de un viaje inexcusable para el prelado, que, del mismo modo, no está por la labor de que su obispo auxiliar, Santiago Gómez, sea quien presidiese la salida en Sevilla. Por todo ello, se ha concluido que lo mejor es dejarlo para el segundo fin de semana de mayo, cuando tendrá lugar bajo el formato de Rosario de la Aurora y, previsiblemente, en loor de multitudes.
Sea como fuere, lo que llama verdaderamente la atención de todo esto es que estando todo previsto desde hace 5 meses, en Palacio se hayan dado cuenta del problema ahora, tomando una determinación, cuanto menos, extraña, que deja al Pregón de las Glorias sin su tradicional procesión previa. ¿No hubiese sido mejor aplazarlo todo hasta el 11 de mayo? Y si ese acto lo va a presidir Gómez, ¿por qué no también la extraordinaria? Demasiados cabos sueltos, aunque lógicos para una curia que sigue dando muestras de que ni sabe ni quiere enterarse de cómo va esto.
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