Un tirón de orejas

Probablemente, la sombra del fallido Vía Crucis Magno del pasado 17-F es más alargada de lo que el Consejo está dispuesto a aceptar. De hecho, sólo teniendo en cuenta lo sucedido tras su suspensión, cuando varias hermandades decidieron hacer la guerra por su cuenta (recuérdalo aquí) se entiende que desde San Gregorio se hayan afanado en recordar a todas las corporaciones unas normas que, a priori, se deberían dar por sabidas y, en caso de que las circunstancias obligasen a su entrada en vigor, se cumplieran sin tener que buscarle los tres pies al gato.

Así, el máximo órgano cofradiero ha pedido que las revirás en Campana se hagan con mayor celeridad, a fin de evitar que se produzcan cuantiosos retrasos que, sobre todo, sufren las últimas cofradías del día, que, en algunos casos, han llegado a entrar en sus templos a horas intempestivas. Del mismo modo, ha recordado que la estación de penitencia queda suspendida en cuanto el cortejo se refugie en una iglesia y que la vuelta se hará siguiendo los cánones de cualquier traslado, aunque, curiosamente, sin precisar si pueden ser con música o no, ya que se limitan a decir que deben responder a pautas de "solemnidad" y "según la idiosincrasia de cada hermandad". De cualquier modo, este se haría a la mayor brevedad posible y si tuviese que ser otro día distinto al de salida, se llevaría a cabo con absoluto respeto a las corporaciones de esa jornada, entrando antes de las 15.00 horas o a partir de las 14.30 si hablamos del Domingo de Resurrección.

Igualmente, queda a criterio del delegado de día que los nazarenos formen o no en filas de a tres, al tiempo que se pone especial énfasis en la necesidad de que los cortejos guarden orden y respeto dentro de la Catedral, haciendo gesto de adoración al pasar junto al Monumento. En definitiva, normas que entran dentro de la lógica, idénticas a las de la Semana Santa anterior y que quizás vuelven a recordarse para que nadie se salga de madre, con independencia de la climatología, durante los días grandes. Otra cosa será que, a la hora de la verdad, no haya quien se saque de la chistera alguna variante.