Tarde de Vía Crucis y pasos

Sevilla rezumará esta tarde ambiente de recogimiento y solemnidad por sus cuatro costados. Porque este sábado vendrá marcado por los Vía Crucis, que se desarrollarán en prácticamente cualquier rincón de la ciudad, continuando con los preparativos de unos días grandes que ya vemos a la vuelta de la esquina y que, de momento, nos van a dejar en el camino estampas históricas y hasta irrepetibles que caben en la sencillez de este tipo de cultos externos.

Por ejemplo, en Santa Cruz, adonde regresará puntualmente el Señor de la Salud de San Bernardo, recordando que hace 75 años cambió la capilla de la Escuela de Cristo por el arrabal más torero de la capital hispalense (recuérdalo aquí). También habrá aires de Miércoles Santo por San Martín, feligresía que acompañará como se merece al Señor de la Sagrada Lanzada. En la mima línea, será una jornada de lo más cofrade en Valdezorras, cuyas calles recorrerá el Cristo del Amor, dejando momentáneamente sola a su Madre de las Veredas, que esperará en el templo su regreso. Mientras, en Ciudad Jardín saldrá sobre andas el Señor de la Esperanza, como preludio a un Sábado de Pasión que comienza a llamar con fuerza a nuestra puerta. Esa misma sensación la tendrán en sus Vía Crucis el Señor del Divino Perdón de Alcosa, consciente de que la próxima vez que se vea a cielo abierto irá precediendo a la Virgen de la Purísima Concepción, que debutará bajo palio (míralo aquí), y también el de la Caridad de San José Obrero, que cuando los capirotes comiencen a llenar las arterias de su barrio se estrenará sobre un paso (léelo aquí).

Y, para que no falte de nada, será tarde de pasos en La Corza, junto al Señor del Perdón, quien a diferencia de otros años no ha podido esperar al Sábado de Gloria para procesionar. Junto a Él, y entre los sones de Desamparados, viviremos la ilusión de una cofradía en la calle, esa que esperamos ver hecha realidad en apenas un par de semanas entre túnicas y capirotes y que, de momento, ya podemos paladear en algunos barrios mientras los Vía Crucis son el foco de atención en otros. Es lo que ocurre cada Cuaresma a estas alturas, cuando las ganas nos pueden y, entre unas cosas y otras, no podemos esperar más.