sábado, 23 de marzo de 2013

Estrenos, preparativos y nazarenos

La última fase de la espera, las Vísperas, están a punto de agotar su último cartucho. Lo harán hoy mismo, con un Sábado de Pasión cada vez más consolidado y que en esta ocasión será tremendamente distinto, marcado por varios estrenos que lo harán más atractivo si cabe. Ninguno de ellos vendrá bajo el brazo de la Decana de esta jornada, Torreblanca, que volverá a llenar de túnicas y capirotes su barrio, ese que ya ha perdonado que su Señor Cautivo ante Pilatos se saltase los acuerdos del Vía Crucis Magno del pasado 17-F para, al menos, poder pisar las calles del centro y que, como siempre, se rendirá a las plantas de su Virgen de los Dolores, a la que no pararán de lloverle plegarias y piropos a cada paso.

Sí los habrá, en cambio, en Ciudad Jardín, en La Milagrosa. Porque la Virgen del Rosario saldrá por primera vez con sus nuevas bambalinas, de aires turcos, mientras el Señor de la Esperanza volverá a dejar boquiabiertos a propios y extraños con su espectacular misterio, custodiado por su particular Guardia Judía y avanzando en absoluta comunión con los sones de Redención. En cualquier caso, ambos tendrán que esperar algo más para verse entre unas filas de nazarenos que daban por seguras hasta hace apenas unos meses y que, al menos, no llegarán hasta 2014.

Mucho más importante será la novedad que se disfrutará en Alcosa, donde por fin, y tras esperar quizás demasiado, el Señor del Divino Perdón no procesionará sólo. Porque tras Él, siguiendo sus pasos, irá su Madre de la Purísima Concepción, que comprobará de primera mano ese fervor con el que este punto de la ciudad se vuelca con su hermandad cada Sábado Santo. Así, verá que su Hijo no le mentía, y que este barrio que surgió allá por los 70 con gente que venía de otros ya tiene identidad propia y hasta paso de palio.

Aunque el estreno más importante de todos se vivirá en San José Obrero, donde debutará la última corporación que se ha incorporado a la nómina penitencial hispalense, la del Señor de la Caridad y la Virgen de los Dolores, que llenarán de incienso un punto de la ciudad que sólo conocía cómo olían las Glorias y que a partir de ahora se colocará en la primera plana cofrade con una hermandad que ha sabido esperar, haciendo las cosas a la perfección, sin prisa pero sin pausa, y que desde hoy mismo recogerá su premio. Como nosotros lo haremos según avancen las horas y nuestro contador se ponga a cero, llegando a una nueva Semana Santa como sólo lo entiende Sevilla: entre novedades, preparativos y nazarenos.

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