La próxima Semana Santa nos traerá una importante efeméride para la hermandad de Pasión, el X Aniversario de un Jueves Santo que fue distinto, en el que la corporación cumplió un viejo sueño lejos del Salvador. Y es que en 2003 la corporación por entonces presidida por Carlos Piñar salió de San Hermenegildo, un lugar que bien pudo llegar a ser la sede canónica de la cofradía allá por los años 70, cuando el Ayuntamiento se la ofreció, dando lugar al surgimiento de proyectos como aquel espectacular altar diseñado por Cayetano González y que, desgraciadamente, nunca pasó del papel.
Sin embargo, el cierre por obras del Salvador a finales de 2002 obligó a Pasión a buscar un sitio de donde salir, decantándose por esta antigua capilla de los Jesuitas que se encuentra actualmente desacralizada. De este modo, reactivaba aquel sueño que se desvaneció como si nada cuando hermandad y Arzobispado llegaron a ponerse de acuerdo para el traslado y que en ese momento, 30 años después, volvía a verse con buenos ojos. Incluso, hay quien vio en retoques como la apertura de una nueva puerta en el lateral un guiño al futuro, pero el tiempo se encargó de demostrar que sólo era una medida de urgencia para que saliesen de allí los pasos.
Es más, en 2004 la corporación no repitió, mudándose a la iglesia de la Misericordia, donde permaneció hasta la reapertura del Salvador. Tímidamente apostó por la posibilidad de quedarse con San Hermenegildo, aunque en 2008 la desechó para siempre. Como consuelo quedó aquel Jueves Santo en el que el final de la calle Jesús del Gran Poder se tiñó de ruán negro y el Señor de Pasión y su Madre de la Merced salían del que bien pudo ser para siempre su templo. Fue un sueño tan efímero como bello, prácticamente irrepetible y que quedará para siempre en el recuerdo de una Sevilla cofrade que, por un tiempo, imaginó a la obra maestra de Martínez Montañés lejos de la rampa del Salvador.
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