domingo, 5 de mayo de 2013

Ahora sí, turno de las Glorias

Desde el pasado fin de semana vivimos inmersos en el ciclo de Glorias, aunque muchos no hemos llegado a darnos cuenta todavía. El hecho de que no haya habido traslados para presidir el Pregón de Antonio Gila (recuérdalo aquí) provocó que la inauguración del periodo letífico quedase algo descafeinado, como si en realidad todavía quedase algo más para encontrarnos con él. Sin embargo, la espera ya se ha consumido, porque en este día 5 de mayo que arrancará con las procesiones de impedidos de Omnium Sanctorum y La O acabará con el reencuentro de la ciudad con una de las salidas que más espera cada año.

Se trata de la de San José Obrero, quien volverá a tirar de su condición de consorte de la Madre de Dios para volver estrenar por las calles el tiempo de 'María Santísima', ese que ayer ya vivió su preludió gracias a su homónimo de San José de la Montaña. Lo hará todavía con la resaca del estreno del Señor de la Caridad y su cirineo sobre el mismo paso hace poco más de un mes, en ese Sábado de Pasión donde la hermandad demostró que pese a su juventud está sobradamente preparada (míralo aquí). Como también lo está Él, un auténtico clásico de la quinta hoja del calendario, esa a partir de la cual se nos va endulzando la espera y, en cierta medida, nos comienza a quitar los sinsabores de la pasada Semana Santa.

Así, una vez más, viviremos el inicio práctico de un ciclo que nos acompañará, pese a lo que los puristas digan, hasta finales de diciembre, cuando la Virgen del Rocío eche el cierre a fines y fines de semana llenos de bullas, incienso y procesiones. Y el punto de partida será, como casi siempre, San José Obrero, quien en su recoleta figura sintetizará las ganas que tenemos de pasos, sirviendo de avanzadilla para lo muchísimo que este mes nos tiene todavía que regalar. Porque sólo es el principio de un turno de las Glorias que no ha hecho más que comenzar.

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