jueves, 2 de mayo de 2013

El CSI de San Gregorio

Algo más de un mes. Ese es el tiempo que ha pasado ya desde aquel Miércoles Santo que empezó con agua y terminó en vergüenza (recuérdalo aquí). Y a lo largo de todas estas semanas, lo único que hemos oído es un sinfín de vaguedades por parte del hermano mayor de Los Panaderos, Ildefonso Martínez, quien ha culpado al hecho de llevar música y a los medios de lo acontecido, pero se ha negado a asumir sus responsabilidades en uno de los mayores esperpentos de los últimos tiempos. Mientras, en La Lanzada esperan a ver qué hace un Consejo que sigue sin querer pronunciarse hasta que no tenga más datos  sobre lo ocurrido en su poder.

Se ve que las imágenes de televisión, que hablan por sí solas, no sirven para el máximo órgano cofrade de la ciudad que, por otra parte, estaba justo delante en el palquillo cuando todo sucedió, llegando incluso a exculpar a la corporación de Orfila. Como parapeto para posibles críticas, desde San Gregorio se está filtrando que hay una importante investigación abierta para depurar responsabilidades, que no se quiere que todo quede en una mera anécdota, pero que antes de tomar determinaciones se quiere tener todo atado y bien atado. Insisten en que se quiere saber en qué punto se rompió la cadena de mando y quién tomó una decisión tan errónea como polémica. No obstante, la idea es que las sanciones no las determinen junto a la Puerta Jerez, sino en Virgen de los Reyes, donde hay que recordar que un insigne hermano tahonero, Manuel Soria, tiene mando en plaza.

Total, que mientras siguen buscando pruebas de un delito que todo el mundo vio y que, pese a todo, se resisten a aceptar, el tiempo va pasando, demostrando una vez más que los Bourrellier y compañía están a años luz de lo que se espera de sus cargos. No en vano, sus pocas intervenciones públicas han sido para quitar hierro a una acción que, por sí sola, es merecedora de que rueden cabezas y se nombre una junta rectora. Por menos que eso ya la han tenido otras cofradías, pero, claro está, no eran la 'Niña Bonita' del Arzobispado, esa a la que todo se le permite y, con independencia de las tropelías que cometa su junta de gobierno, siempre se le echa una mano. Y para eso no hay que investigar tanto, ni que el Consejo se convierta en el CSI de la calle San Gregorio.

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