viernes, 10 de mayo de 2013

La Anunciación 'pasa a planta'

Comenzábamos la semana hablando de la Anunciación con motivo del traslado de la Virgen de la Angustia de Los Estudiantes a Bellas Artes para su restauración (recuérdalo aquí) y hoy volvemos a hacerlo. Y no porque haya otra imagen que vaya a visitar el templo de la calle Laraña, sino porque han acabado unos trabajos que se han encargado de paliar cualquier miedo que existiese en relación a su estado de conservación. No en vano, hace casi un mes, el 12 de abril, se desprendió un trozo de mortero del revestimiento de su cúpula que, por momentos, hizo que saltasen las alarmas y se pensase en lo que ocurrió en templos como el Salvador o, sin ir más lejos, Santa Catalina (las últimas novedades sobre ella, aquí). Sin embargo, no llegó la sangre al río.

Porque aquello estuvo producido por unas pequeñas filtraciones de agua, cuya reparación se ha hecho a lo largo de las últimas semanas, salvaguardando la integridad física de los fieles a través de una malla que se dispuso en la zona del anillo del crucero. Y esta ha sido retirada en los últimos días, después de que volviese a lucir como nueva la zona afectada, que se ha vuelto a impermeabilizar, aprovechando también para realizarle una profunda limpieza tanto interior como exterior. Todo para evitar males mayores, comprobando, de paso, que todo se quedaba en un susto sin más consecuencias que un pequeño cierre que tuvo lugar durante las primeras horas que siguieron al suceso.

Con todo ello, se podría decir que, tras el pertinente tratamiento, la Anuciación ha 'pasado a planta', que se encuentra plenamente restablecida pese a que haya quien, por aquello de que hablamos de una iglesia construida en el siglo XVI, tenga dudas sobre si está o no al cien por cien. Al menos, sí que es seguro que se encuentra en disposición de seguir adelante sin problemas ni posibles cierres que manden a un 'exilio' obligado a los titulares de El Valle. Ojalá otros muchos templos pudiesen decir lo mismo, sobre todos aquellos como Santa Catalina, quienes miran con envidia a su vecina de la calle Laraña, esa que después de un pequeño achaque y unos leves retoques ha vuelto a la normalidad, como Dios manda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario