La jornada de hoy tiene un claro sabor a vísperas. La ciudad, sin necesidad de mirar al calendario, es consciente de que se acerca a uno de sus días más grande y consume voraz las horas hasta que el reloj marque la medianoche y comience a disfrutarlo como se merece. Porque este 29 de mayo no es un miércoles más, es el que antecede a uno de esos tres jueves que, según el refranero, "lucen más que el sol", concretamente un Corpus Christi que se palpa ya en el ambiente y que nos irá regalando preparativos y montajes en cuanto el sol comience a insinuar que deja su sitio a la luna.
Será entonces cuando el centro comience a lucir sus mejores galas para recibir la visita del Santísimo. El instante a partir del cual las calles se convertirán en el escenario perfecto para labores de priostría. En unos casos, dando forma a altares efímeros que, por su magnificencia, quizás deberían ser protagonistas durante todo el año en cualquier templo. En otros, haciendo que los escaparates de los comercios estén a la altura de esta festividad que, curiosamente, servirá también en este 2013 para que San Fernando vea la luz del sol mientras celebra su onomástica.
Y no faltarán incluso los traslados como el de la Hiniesta Gloriosa al Ayuntamiento, para presidir una plaza de San Francisco que, por momentos, tendrá aires del Rectorado e, incluso, de la calle Evangelista con unas portadas que recuerdan a la capilla de la Universidad y a la del Rocío de Triana (recuérdalo aquí). Todo esperando a que la calzada huela a romero y la Sagrada Forma se pasee en su imponente Custodia de plata. Aunque eso ya será mañana o, mejor dicho, cuando el sol vuelva a aparecer para ver qué ha hecho Sevilla para preparar como se merece una de sus jornadas más grandes, esa que pese a tener nombre y apellidos latinos es una de sus festividades más castizas: su Corpus Christi.
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