lunes, 13 de mayo de 2013

Otro tiro por la culata

Aquellos que pensasen que Sevilla iba a poder sacarse el mal sabor de boca del fallido Vía Crucis de la Fe (recuérdalo aquí) con la salida extraordinaria de la Virgen de los Reyes, al final, se quedaron con las ganas. Porque el Rosario de la Aurora que presidió la Patrona de la ciudad y su Archidiócesis dejó tremendamente claro que Asenjo sigue sin darse cuenta de dónde está y, lo que es peor, no tiene ni la más mínima intención de querer enterarse de ello y arreglarlo. Porque después de ese aplazamiento que pocos entendieron (míralo aquí), ni el público secundó el acto ni muchos quedaron contentos con cómo se desarrolló.

Por ello, no es de extrañar que muchos tramos del recorrido se hiciesen casi en 'petit comité, sin el gentío que suele acompañar a la imagen cada 15 de agosto. Además, la opción de tirar de música sacra a todo volumen desde la megafonía de la Catedral tampoco gustó demasiado, quizás porque no cuadraba demasiado con la idiosincrasia hispalense. Como consecuencia, hubo muchos que se preguntaron si no habría sido mejor haber optado por un acto vespertino, con un recorrido distinto y que hubiese convertido todo en algo mucho más singular e irrepetible.

Porque, una vez más, y ya van unas cuantas, se ha vuelto a repetir una gran oportunidad para hacer algo diferente. Se ha optado por una extraordinaria al gusto de Asenjo, pero no en consonancia con los usos y costumbres de una ciudad que de cofradías entiende bastante más que él. Y, de nuevo, el resultado ha sido chirriante, deparando un acto del que no pocos han destacado su carácter íntimo, aunque se ha quedado lejos de lo que merecía la Patrona y el Año de la Fe. En definitiva, otro tiro más que le sale por la culata a Palacio, que sigue creyendo que su forma de ver el mundo de las procesiones, más cercana a Castilla que a Sevilla, es el acertado, cuando los hechos demuestran que sólo ahonda en un camino que a todas luces resulta equivocado.

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