A diferencia de lo que ocurrió ayer, cuando las procesiones y cultos externos que tuvimos por las calles parecieron prolongar por unas horas el mes de mayo, hoy, sin ningún margen de dudas, sabremos que estamos en junio. Lo dejará claro el sabor eminentemente eucarístico que tendrá esta jornada, en la que no serán pocos lo que, a pesar de ser domingo, pondrán el despertador bien temprano para no perderse detalle de cuanto suceda en las diferentes feligresías que acapararán protagonismo desde primera hora de la mañana, cuando Dios, como cada año, proceda a pasearse por los barrios.
Así lo hará en Triana, partiendo desde Santa Ana y avanzando el loor de multitudes. Pero también en La Magdalena, acompañado de ese clasicismo que casi tiene denominación de origen en ese arrabal. Mientras, en San Isidoro el Santísimo conquistará el centro, algo que también intentarán hacer desde San Bartolomé, atendiendo, desde la lejanía, a cómo también se hace presente en otros puntos que no tienen a la Giralda a su vera, pero que sí han sabido recoger esta eterna tradición hispalense: Santa Genoveva, Santa María de las Flores, el Mayor Dolor, Padre Pío-Palmete, Rochelmabert y San José Obrero, lugares que también quedarán embriagados por la mezcla del incienso y el romero.
Ya por la tarde, en Nervión, donde por la mañana también paseará el Santísimo por obra y gracia de La Sed, una Cruz de Mayo se encargará de poner el epílogo a la jornada y, de paso, evocar la herencia que nos deja el mes anterior. Será la del colegio de Santa Joaquina de Vedruna, en Nervión, sirviendo de 'propina' a un ciclo que, cuando entre, dejará definitivamente su sitio hasta el año que viene. Porque junio, ahora sí, está de manera clara y contundente entre nosotros, como se encargará este domingo de demostrar ese carrusel de Custodias y pasos que saldrán por la mañana evangelizando como mandan los cánones por distintos barrios.
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