En los últimos años, no son pocos los que defienden que, más allá de razones de índole futbolística, Nervión se ha convertido prácticamente en el nuevo centro neurálgico de la ciudad. Para defender esta idea se apoyan en el crecimiento de la capital hispalense, que prácticamente ha dejado a este barrio como el corazón de la misma e, incluso, al volumen de negocios y dinero que mueve, factor de vital importancia en estos tiempos que corren como para poder realizar tal afirmación. Pero, con independencia de todo eso, hoy esta zona sí que será el principal punto de interés en clave cofrade, debido a una cita de obligado cumplimiento.
No en vano, esta tarde procesionará por sus calles una de las devociones letíficas más arraigadas y que, curiosamente, no tiene a la Virgen como protagonista, sino a su Hijo. Hablamos del Sagrado Corazón de Jesús, que devolverá la visita a sus vecinos, incluyendo a los que no pueden ir a verlo todo lo que quisieran, los enfermos de un Hospital de San Juan de Dios a los que acudirá a dar consuelo Él mismo. Así, pondrá de su parte para que Nervión pueda vivir uno de sus días grandes, como no pudo el pasado Miércoles Santo por mor de la lluvia o sí lo pudo hacer una semana atrás con su Corpus.
Y muchos no dejarán pasar la oportunidad de disfrutar de ese momento, mirando de nuevo ese paso que, probablemente y debido a sus préstamos a otras corporaciones, es el más visto de Sevilla, quizás porque lleva sobre él al que podría considerarse el mejor símbolo del que es el nuevo corazón de la ciudad, ese Cristo que imaginó Illanes y que cada año, a principios de junio, recuerda que las Glorias no sólo entienden de advocaciones marianas, sino también del propio Dios, tal y como se encargará de mostrarnos esta misma tarde el barrio de Nervión.
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