Muchos a quienes no les gusta la Semana Santa suelen decir que los cofrades somos muchas veces demasiado cerrados, que no consentimos ni el más mínimo cambio a lo establecido y que cualquiera que tenga lugar, por mínimo que sea, nos lo tomamos a la tremenda, sacando uñas y dientes como respuesta. Y, realmente, hay veces que tienen hasta razón. Sobre todo, cuando se dan casos como el protagonizado esta última semana por una marca de ropa que ha sacado una línea de camisetas con caras de Vírgenes, incluyendo entre Ellas a la de la Salud de San Gonzalo.
En este caso, se trata de 'Youngrepublic', quien ha optado, simplemente, por estampar la imagen en sus camisetas, sin retoques ni nada. No se le han incluido elementos que ridiculicen a las Dolorosas o den lugar a dobles lecturas. Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar e incluso la hermandad ha pedido que se retiren del mercado. Poco importa que aquí se lleven décadas haciendo negocio con cosas parecidas en costales, prendas, tazas, calendarios y hasta fundas de móviles. Se vuelve a ver una vez más la paja en el ojo ajeno y se obvia la viga en el propio. Aunque, eso sí, se genera una polémica gratuita que a la empresa en cuestión le sirve de publicidad para dar a conocer su producto.
Porque la camiseta puede considerarse fea o no según el gusto de cada cual e, incluso, podría ser punible se puesta en el mercado en virtud de que no respetase los derechos de imagen de la corporación en cuestión. Pero, más allá de eso, considerarlo una falta de respeto sería demasiado. Porque, entonces, ¿qué hacemos con todo el merchandising que mueven nuestras hermandades? ¿vale lo que tenemos aquí y no lo que viene de fuera? Y es que a veces, antes de sacar las uñas, deberíamos reflexionar un poco y ver lo que hacemos, porque, en muchas ocasiones, nadie haría nada si no le hubiésemos dado antes pie a ello.
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