La vuelta a la vida de Santa Catalina, ahora sí, parece estar más cerca que nunca. Al menos, así se desprende del anuncio llevado a cabo por el Arzobispado durante la pasada semana, cuando señaló que los trabajos de restauración del templo comenzarán en 2014. Se trata de una noticia que sale al abrigo de los últimos estudios realizados en la sede canónica de hermandades como La Exaltación, El Carmen o Santa Lucía y cuyas conclusiones se esperaban como agua de mayo desde hace algo más de un mes (recuérdalo aquí). Y lo cierto es que estos informes arrojan unos datos, cuanto menos, esperanzadores.
Porque señalan que no hay riesgo de derrumbe, lo que invita a pensar que se trataría de una obra menor a la inicialmente planteada y, por tanto, con un menor coste económico. Este hecho, unido a que existe una financiación asegurada que contemplaba un desembolso mucho mayor, hace que, aunque con las reservas típicas y lógicas que trae consigo hablar de un templo que lleva casi una década esperando su reapertura, casi se puedan lanzar las campanas al vuelo, si bien todavía se desconoce en qué momento de 2014 se iniciarán los trabajos.
En cualquier caso, por fin se habla de pasar a la acción con fechas más o menos concretas y cercanas, no de promesas y muestras de buena voluntad que se iban diluyendo con el paso del tiempo. Es más, que Palacio haya tomado las riendas asegura, a priori, que todo debe ir sucediendo según los plazos estipulados, presagiando que un plazo de alrededor de dos años Santa Catalina podría volver a la vida, dejando atrás la negrura de este túnel que, por momentos, ha parecido eterno, pero en el que a la noche le van faltando ya horas porque irrumpe, cada vez con más fuerza, la luz.
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