Clasicismo otoñal

Segundo domingo de noviembre y, poco a poco, comenzamos a afrontar la recta final de las Glorias. De hecho, hoy se encargarán de dejárnoslo claro dos de las principales procesiones letíficas hispalenses, que incluso constituyen para muchos el mejor broche de oro posible para este ciclo, al que, en cualquier caso, aún le quedarán por delante salidas como las de la Virgen del Prado del Salvador, Cristo Rey, las Milagrosas, la Pura y Limpia del Postigo y la Virgen del Rocío, que cerrará todo el próximo 22 de diciembre. Aunque, habrá quien dentro de unas horas diga eso de "todo está ya consumado".

Será al abrigo del clasicismo que se hará presente en la Magdalena, por cuyas calles paseará la Virgen del Amparo, la misma que según cuenta la leyenda protegió a toda su feligresía de los efectos del terremoto de Lisboa de 1755, haciendo que no hubiese víctimas. Este hecho la convirtió para siempre en la Patrona de la collación, que como toda Sevilla de volverá a postrar a sus plantas esta tarde, cuando cumpla con la tradición que exige que cada segundo domingo de noviembre salga a cielo abierto para devolverle la visita a sus vecinos.

Mientras, en la calle Feria el luto de esta hoja del calendario se hará Madre y Reina en la Virgen de Todos los Santos, la misma que da nombre a la parroquia de Omnium Sanctorum y que llenará por última ve de bulla e incienso un punto de la ciudad que ya espera como agua de mayo que el calendario avance cinco meses para reencontrarse con una Semana Santa que tendrá sus primeros retazos allí de la mano de La Amargura. Mientras tanto, el protagonismo lo tendrá esa advocación mariana que no sólo se deja notar entre los presentes sino que también evoca a los que ya se fueron a ese palco celestial desde el que no se pierden detalle de nada. Y tanto unos como otros vivirán al máximo este domingo de sabores clásicos y otoñales, donde sentiremos que todo está comenzando a tocar a su fin, aunque, quizás, lo que está más cerca es de volver a empezar.