jueves, 14 de noviembre de 2013

Una medalla para Tejera

Pocas bandas tienen la solera y la historia en Sevilla de la de Tejera. Una formación cuyos orígenes habría que situarlos a finales del siglo XIX, cuando el abuelo del tristemente desaparecido Pepín Tristán ya tenía a sus órdenes una agrupación no profesional. Años más tarde, en 1910, surge la actual banda, dirigida por Manuel Pérez Tejera, de cuya mano se inicia un despegue que la llevaría a ser titular en 1918 de la Monumental de San Bernardo, por expreso deseo de Joselito el Gallo, y, a partir de 1942, de la Maestranza, siendo además pieza clave de los acompañamientos en la Semana Santa hispalense.

De hecho, su importancia y herencia llega hasta nuestros días, cuando varias hermandades están empezando a moverse para que se reconozca todo lo que ha hecho por la música en la ciudad. Así, hace unas semanas Las Penas de San Vicente ha solicitado la concesión de la Medalla de Oro de Sevilla para la banda, algo que también ha apoyado la corporación de Todos los Santos, que ha anunciado que en breve entregará su formulario para que la formación reciba tal reconocimiento, que, por otro lado, se le ha negado recientemente a imágenes como la Virgen de la  Victoria de Las Cigarreras.

Sea como fuere, lo que sí queda claro es que se está iniciando un movimiento que busca poner en valor a una banda, la de Tejera, cuya trascendencia en la capital hispalense va mucho más allá de sus actuaciones o sonidos, puesto que forman parte indispensable del imaginario colectivo de la ciudad. Por ello, es presumible que en breve esta petición sume más adeptos y apoyos, puesto que hablamos de una formación sin la que sería prácticamente imposible entender la banda sonora de la vieja Híspalis, la misma que, si todo va bien, más pronto que tarde le dará una Medalla de Oro que se ha ganado con total merecimiento.

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