viernes, 15 de noviembre de 2013

Un luto diferente

Por más que la tendencia de imitar todo lo que tenga que ver con Estados Unidos haga que muchos, sobre todo los más jóvenes, hagan suyas costumbres como las de Halloween, noviembre sigue siendo el mes de los difuntos y el luto; del recuerdo a los que ya no están, haciéndose presentes en las clásicas palmatorias sobre aceite de las abuelas o las visitas al cementerio. Pero también, en nuestras Dolorosas, que aparecen en sus altares ataviadas con ropa negra, sumándose a este tributo anual. Incluso, en este 2013 hemos visto como lo hace una que rara vez la hemos podido ver de esta guisa.

Se trata de la Virgen del Patrocinio de El Cachorro, que luce desde el miércoles trece un manto de terciopelo negro que le han donado unas hermanas de la corporación. Del mismo modo, ha sido vestida con una saya que vistió la anterior talla, perdida durante el incendio de 1973, y que, pese a no poder datarse con absoluta precisión, sí que se sabe que pertenecía a la cofradía durante el primer cuarto del siglo XX, tal y como lo confirman fotografías de la época. Sea como fuere, se sabe que la última vez que se utilizó fue en 1994.

Ahora, el vestidor de la Dolorosa, Antonio Bejarano, ha decidido rescatarla para presentarnos a la Virgen del Patrocinio de un modo distinto al que estamos acostumbrado a verla, aunque en consonancia con las fechas que nos muestra el calendario. En definitiva, una reinterpretación más de la tradición, que la mantiene viva y nos sorprende a partes iguales. Porque no todo lo que se hace como siempre resulta igual, sino que hay sitio para provocar que se vea de un modo diferente, como en este caso, donde noviembre nos ha regalado una agradable sorpresa al final de la calle Castilla. 

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