lunes, 4 de octubre de 2010

Se nos fue Don Rafael

El pasado viernes arrió para siempre el paso de su vida. Lo hizo como siempre ha mandado delante de los martillos: casi sin que se notase. Así se nos fue para siempre Rafael Ariza, quien en los últimos tiempos había heredado ya el sobrenomre de 'El Viejo' que tuvo su abuelo, quien inició una saga que se ha quedado huérfana con esta última perdida. Ya ha llegado a ese Cielo en el que le habrán dado su bienvenida otros capataces como Manolo Santiago o El Peitente, mientras que también habrá podido compartir impresiones con artistas del costal como Pepe Portal y Juan Carlos Montes, que dieron hasta su último aliento bajo las trabajaderas.

Pero tambien habrá visto cara a cara a Dios. A ése al que en Sevilla enseñó a caminar siendo el Gran Poder y que cada Viernes Santo salía de la calle Castilla por delante de su Madre de la O. También se habrá encontrado frente a frente con la Virgen de la Soledad, la misma que el próximo Sábado Santo sentirá más duelo si cabe por la ausencia de su figura en la delantera de su paso, como ocurrirá también en San Julián el Domingo de Ramos o en la ojiva dentada de San Esteban el Martes Santo. Porque no se ha ido un hombre cualquiera, sino un maestro del martillo al que echará de menos toda la Semana Santa.

Queda su magisterio, encarnado en los herederos de una saga, la de los Ariza, que es sinónimo de cofradías desde la época de los costaleros profesionales y que lo seguirá siendo por muchísimos años. Y es que ése es su legado, como también lo es el recuerdo de su enjuta figura, de esa forma de hablar a los suyos que sólo tienen los maestros del martillo, de ese traje oscuro que muchos han convertido en su uniforme de trabajo durante los días más grandes del año, esos que calendario tras calendario convertieron el negro de su cabellera en el blanco de una página del libro de los grandes capataces que, con su marcha, ha cerrado un nuevo capítulo más. Descanse en paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario