viernes, 1 de octubre de 2010

En la misma línea

Si septiembre lo cerrábamos con un traslado de vuelta de los titulares de una hermandad a su sede canónica, octubre llega hasta nosotros de la misma manera. Sin embargo, para disfrutar de esta circunstancial salida no bastará, como ayer, quedarse en el centro de la ciudad, puesto que habrá que cruzar el puente. Será calle Castilla alante, en la frontera con Ronda de Triana, donde El Cachorro dejará el templo donde están sus orígenes a aquella en la que lleva residiendo durante las últimas décadas.

Y es que hoy, tanto el Cristo de la Expiración como la Virgen del Patrocinio volveran de su primitiva capilla hasta la actual, tras haberse finalizado las obras del altar mayor (recuérdalo aquí). De este modo, aunque muy brevemente, El Cachorro estará en la calle por cuarta vez en este 2010, puesto que ya salió el pasado 11 de marzo para el Via Crucis benéfico destinado a Haití, el Viernes Santo y el traslado de ida a la iglesia en la que nació la corporación. A pesar de ello, el final de la calle Castilla estará lleno a rebosar para ver a cielo abierto al Señor de Triana.

Poco después, cuando vea el techo de su casa, verá cual será su sitio a partir de ahora, un altar digno de su grandeza y que sustituirá a esa pared rasa de marmol sobre la que tradicionalmente ha quedado enmarcado. Allí permanecerá durante los próximos seis meses, a la espera de un nuevo Viernes Santo en el que tanto Sevilla como Triana se rendirán a sus plantas. Hasta entonces, no volverá a salir a la calle, ni siquiera asomarse a la puerta, razón por la cual miles de cofrades querrán acompañarle hoy en un efímero paseo que convertirá, aunque vagamente, a este viernes de otoño en uno con aires de primavera.

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