sábado, 23 de octubre de 2010

Un milagro en la Misericordia

Ayer hablábamos de Las Siete Palabras y hoy lo hacemos de otra corporación que radica en un templo que ha estado durante años vinculado con la de San Vicente: La Misericordia. Allí pasó muchísimos años mientras se arreglaba su sede canónica. Hoy, el templo vivirá un día grande, puesto que de sus entrañas volverá a salir una talla que no lo hacía desde 2006. Se trata de la Virgen de Guadalupe, que realizará su salida procesional tras casi un lustro de ausencia. Lo hará con motivo del 40 aniversario de la fundación de la hermandad, la misma que quiso rendir culto en Sevilla allá por 1960 a la patrona de la jiennense localidad de Úbeda en el mismo templo en el que, curiosamente, también se rinde culto a la de Almería, la Virgen del Mar.

Y lo cierto es que casi se podría hablar de salida extraordinaria, puesto que tanto la falta de continuidad en los desfiles procesionales de la talla como el hecho de que la iglesia de la plaza de Zurbarán se encuentre cerrado al culto diario dan más relevancia si cabe a lo que acontecerá esta tarde a escasos metros del Pozo Santo. No en vano, desde que Pasión regresase al Salvador, en febrero de 2008, ningún paso había estado por las calles de esta feligresía por cuyas cercanías se pasean a lo largo del año multitud de ellos. Sin embargo, hoy será distinto, ya que sus propias calles serán las que acaparen todo el protagonismo.

Así, por una vez, darán la vuelta las tornas, y la bulla no se quedará en Orfila o la Encarnación, sino que, nunca mejor dicho, tirará por la calle del medio, llegando a esa plazoleta casi escondida en la que una Virgen pequeñita y prácticamente desconocida regalará sones de marchas de palio y olor a incienso a todo aquel que se digne a ir a verla. Será su particular milagro, el de hacer que la iglesia de la Misericordia viva de cerca la salida de un paso, algo que mira desde lejos y con envidia en numerosas ocasiones desde hace demasiados años.

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