jueves, 10 de marzo de 2011

Como siempre, como nunca

Tal y como ocurrió en 2010, hemos estrenado la Cuaresma con lluvia, pero, pese a ello, la de este año será muy diferente, al menos, para quien les escribe. Y no sólo porque la magia de estas fechas hacen que siempre se vivan de distinta manera, aunque siempre sean iguales, sino porque, en lo personal nada será como hasta ahora. No en vano, este tiempo de espera no estará adornado con ideas para un programa que dará comienzo de manera ininterrumpida desde el Viernes de Dolores, ni con propuestas de cara a los últimos fines de semana previos a los de túnicas y capirotes disfrazados con un "este sábado sale un paso en...", ni un traje preparado para el Domingo de Ramos, ni un brazo preparado para que alguien se agarre a él en mitad de una bulla...

Porque, sí, como siempre, tendré el inmenso placer de echarme a la calle y devorar kilómetros para disfrutar de los primeros nazarenos del 2011 el Viernes de Dolores, aunque sin más compañía que la de un programa de mano y las ganas de disfrutar lo que, tras más de un año de espera, se presentará ante mí a cuentagotas, por cuestiones de trabajo. Así, me veré obligado a conocer esa otra Semana Santa de la distancia, en la que la radio, donde sus periodistas harán de mis ojos y oidos mientras yo, delante de un ordenador, contaré las horas para salir corriendo rumbo al centro para, con suerte, ver alguna entrada.

Y así estaré hasta la Madrugá, donde no tendré más compañía que la bulla, aunque la misma ilusión que si fuese Domingo de Ramos, afrontando la recta final de los días grandes como si no hubiese mañana, disfrutando cada segundo, cada detalle, cada paso. Porque este 2011, me guste o no, estoy obligado a adaptarme los cambios. A los de ese mundo de adultos del que he podido escapar casi 27 años, pero que ahora me cae de golpe, aunque como dice la gente de abajo "el secreto está en saber recoger los kilos, en saber aguantarlo". Por eso, esta Cuaresma no será una más, sino la primera de una nueva etapa, que, a buen seguro, seré capaz de disfrutar como siempre, aunque este año la reciba con cierto recelo, ya que se me presente como nunca.

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